Conseguir tu propósito laboral en una empresa resulta un beneficio agregado que no se especifica en tu oferta laboral pero que, sin duda causa mucha satisfacción, obtener esa fuerza interior que hace que, tu labor diaria tenga un sentido, tenga trascendencia.
Sin ánimo de sonar excesivamente positivos y quizás románticos, la felicidad laboral es posible; hoy las empresas se encuentran en un momento histórico al retomar sus puestos de trabajo luego de 2 años de trabajo remoto (o híbrido en algunos casos), donde muchos descubrieron que sus talentos y habilidades podrían estar al servicio de otras causas, y en algunas partes del mundo, las renuncias no se han hecho esperar.
Más allá de eso, qué hace que puedas decir ¨yo amo lo que hago¨, la más reciente encuesta de ADPRI – Líder mundial en investigación sobre el mercado laboral y el desempeño de los empleados – en su estudio realizado a 50 000 personas en todo el mundo y de diferentes niveles laborales, apuntó que las variables que clásicamente considerábamos como ¨poderosas¨ para retener el talento tales como: el salario, el ambiente de trabajo, la interacción con los compañeros o una firme convicción en la misión de la organización, ya no eran lo suficientemente sólidas como si lo resultaron ser:
Encontrar el amor en lo que haces, si, el amor, ese proceso neuroquímico que nos permite ser más optimistas, gozar de mejor humor, ser más receptivos con la nueva información, ese flujo de energía que nos permite sentir ¨ganas de trabajar¨ y no cansancio crónico con solo pensar que ¨hay que trabajar¨
Por su parte, el reconocimiento y el compromiso que recibimos por nuestras tareas, nos permite sentirnos motivados, nuestra labor resulta entonces relevante; las organizaciones que han entendido que el principal activo de sus empresas es su gente, líderes capaces de identificar cuando un proceso puede enriquecerse a través de las habilidades del equipo y en consecuencia, ese proceso se vuelve más humano, más efectivo… llevan bastante ventaja ante la ola de cambios que vino con la pandemia.
Comprometerse con el aprendizaje; en esta era post pandemia quizás esta sea la variable que cobra más peso y visibilidad, conseguir un lugar de trabajo donde puedes desarrollar más destrezas y nuevas habilidades es sin duda, un lugar feliz. Ejemplo de ello pudieran ser empresas como Amazon o Walmart que facilitan el pago de los estudios universitarios de sus empleados, otros como Google, que habilitan un tiempo discrecional para que sus colaboradores puedan desarrollar sus propios proyectos personales, al final, quizás la estrategia no resulte tan relevante como el hecho de que podamos garantizar que esa persona vive el progreso desde el conocimiento con el paso de los años en la organización.
Por último, pero no menos importante, aparece la confianza, como la variable donde reside quizás el mayor peso de la felicidad laboral y se convierte en ese elemento importante que permite que cada persona pueda descubrir aquello que ama hacer, lo que lo conecta con la felicidad de su labor… Ante esto, ahora queda preguntarnos, ¿Cómo nos comunicamos? ¿Qué hábitos refuerzan el desarrollo de relaciones basadas en la confianza desde nuestro rol de liderazgo? ¿Estamos listos para cambiar al diseño de una experiencia de trabajo más feliz para nuestros equipos?